2.4 Comercio electronico
Definido de una forma muy amplia e ideal, comercio electrónico o e-commerce es una moderna
metodología que da respuesta a varias necesidades de empresas y consumidores, como reducir
costes, mejorar la calidad de productos y servicios, acortar el tiempo de entrega o mejorar la
comunicación con el cliente. Más típicamente se suele aplicar a la compra y venta de
información, productos y servicios a través de redes de ordenadores. En los últimos tiempos el
termino se presenta siempre como invariablemente ligado al desarrollo de Internet, se dice que
la mensajería electronica o e-mail fue el primer incentivo para que Internet se convirtiese en una
herramienta habitual en la vida de mucha gente, y que el comercio electrónico podría ser ese
segundo gran empujón que la red necesita para que su uso se convierta de verdad en algo
general y cotidiano.
Tomando de la definición el primer término, se habla de la compra y venta de información,
productos y servicios. Esa primera clasificación podria resultar un tanto artificial: ¿no es acaso la
información un producto o servicio como tantos otros? La distinción, en este caso, es debida al
canal. El comercio electrónico es “completo”, o cubre todos sus estadíos, cuando un producto
puede ser localizado, comparado, pagado y obtenido a través de un medio electrónico como
Internet, pongamos por caso la edición electrónica de este mismo periódico que esta usted
leyendo: uno se conecta a la red, ve que oferta de periódicos hay, se decide por ABC, y lo lee.
Todo el ciclo se ha desarrollado electrónicamente, y si hubiese habido un pago, también podría
haberse realizado electrónicamente. Esto es posible porque el “producto” que ABC “vende” es
información, y por tanto es reducible a bits, bits que almacenarán texto, imágenes, sonidos o
vídeos, pero bits al fin y al cabo, susceptibles de ser transportados por una red electrónica.
Pensemos, por contra, en una empresa de coches: uno puede conectarse a la red, ver que
coches hay, decidirse por alguno, verlo, adaptarlo a sus preferencias, ponerle el color,la
tapicería y los extras que quiera y ver cuanto le cuesta. Podría hasta pagarlo, pero en el
momento final, alguien tendrá que moverse para ir a buscar el coche porque, nos pongamos
como nos pongamos, un coche no es reducible a bits, sino a átomos. Esta dualidad de
producto/bit o producto/átomo, idea de Nicholas Negroponte (cuyo libro “El Mundo Digital”
es una lectura obligada para cualquiera que quiera iniciarse en estos temas) es la primera
reflexión que toda persona que medite sobre el comercio electrónico debe hacerse. Los
mercados electrónicos no son inaccesibles si nuestro producto no son bits, simplemente son
distintos, y a efectos de cliente, mecanismos y diseños habrá que tenerlo en cuenta
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